The Neon Project, navaja suiza tecnológica de problemas complejos
The Neon Project es experto en resolver problemas complejos con la tecnología. Aplica blockchain en la ayuda a mujeres y niños inmigrantes, y para poner en valor las pequeñas minas de oro de Latinoamérica y África. En ambos casos, aparta las mafias y mejora la vida de sus protagonistas. En un año, la startup ha logrado el equilibrio financiero con 16 empleados y 300.000 euros de facturación. Tiene clientes tan diversos como Médicos sin fronteras, Vocento o Montilla-Moriles. Sus soluciones llegan a España, Bélgica, USA, Zimbabwe, Malawi, Guinea, México, Honduras y Guatemala. ¿Cuál es el secreto?
“Las empresas piensan en nosotros para organizar procesos internos o para solucionar problemas complejos que no saben abordar. No nos quedamos solo en eso. Dedicamos tiempo a entender y aportar valor a su negocio, y lo entendemos porque todos hemos fundado o trabajado en startups. Eso da la visión completa del negocio”, afirma Miguel Ángel Calero, cofundador en The Neon Project. Calero ha creado cuatro empresas. Javier Aguirre, su socio, dos. Otra clave del negocio es incorporar a un experto en buscar financiación, ha conseguido 650.000 euros de fondos de I+D (subvenciones o préstamos blandos) para ellos y para sus clientes. La tercera clave es ser agnósticos en tecnología, sin cerrarse a nada.
Su valoración de blockchain es valiosa. “El gran problema de casi todas las empresas son los datos. Están desperdigados por varias fuentes, sin estructurar”, explica Calero. Aboga por utilizar blockchain en empresas no muy grandes que quieren aumentar la eficiencia de su negocio B2B (procesos entre empresas). “Es la mejor solución cuando las empresas carecen del tamaño para imponer su proceso de gestión de datos a otros, y deben compartirlos con una cadena de valor”, puntualiza.
Identidad a inmigrantes
Con estos mimbres, The Neon Project ha aplicado la tecnología de bloques en dos proyectos para proteger a colectivos vulnerables de terceros países. El objetivo del proyecto Ödos es dar atención integral y acompañamiento a mujeres en situación de vulnerabilidad y a sus hijos, hasta su integración. Hace visibles a estos menores que, de otra forma, no lo serían. Los datos de ONU son aplastantes: 1.000 millones de personas requieren una identidad en el mundo, y existen 70 millones de migrantes cada año. ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados) invierte 8.600 millones de $ al año. No solo eso, la regulación obliga a proteger el intercambio de datos sensible en todas las organizaciones. Hay necesidad, dinero y obligaciones legales. Hay mercado.
El proyecto Ödos recoge y da identidad digital a las mujeres y sus hijos, les da protección jurídica, los protege de su exposición al tráfico mafioso de personas. “Hemos realizado una plataforma blockchain para recoger, proteger y trazar los datos de este colectivo para la Fundación EMET Arco Iris. Incluye su identidad, una gestión de expediente sanitario, y toda la información que acumula en su tránsito de acogida. Es especialmente útil para quien no habla español. Desaparecen los problemas administrativos de papeleos entre un sitio y otro», explica Calero. Es un proyecto piloto europeo que se desarrolla en Córdoba. Colaboran organizaciones, como Cáritas Españolas o Save the Children. Trabajan para extenderlo a ONGs que operan en África.
La plataforma ayuda a gestionar expedientes, y a generar informes en tiempo real. Es importante para dar transparencia a los financiadores del proyecto. El siguiente paso es conectar a las organizaciones de ayuda a estos colectivos para intercambiar los expedientes. Estará en breve. Se han gestionado 130 expedientes, y cada uno tiene más de 50 intervenciones.
El oro de los pequeños
Metaledger es el proyecto blockchain para trazar el oro desde las minas artesanales y de pequeña escala (MAPE) del tercer mundo, hasta los mayoristas del primer mundo. Hacerlo aumenta su valor en un 40%. De ello se beneficiarán los 4,5 millones de trabajadores de las minas. Trabajan en condiciones deplorables, muchas veces de autoexplotación. Utilizan productos químicos prohibidos muy contaminantes y que pueden perjudicar su salud, están al albur de las mafias de tráfico de personas y de armas. “Es un oro que queda fuera del mercado organizado. No cumple los requisitos necesarios para integrarse. Sin embargo, supone el 16% de la cuota del mercado mundial de oro. 550 TM y más de 17.000 millones de euros”, desgrana Calero.
La integración de estas minas en el mercado organizado obligará a aumentar la transparencia del proceso. “Hemos desarrollado un sistema para identificar a los mineros con una app de reconocimiento facial (el móvil está extendido en África y Latinoamérica), garantizar buenas condiciones laborales, y que las minas cumplen los criterios de protección ambiental (obligamos a que eliminen los químicos prohibidos). Les daremos una herramienta móvil para hacer cada transacción de oro”, explica Calero.
La información se incorporará de forma transparente a una plataforma blockchain, para garantizar y trazar el proceso. La recogida de la información se podrá hacer sin conexión. El sistema incluirá un gemelo digital de los lingotes de oro, realizado a partir de sus características físico químicas. Las grandes empresas podrán comprar este oro con la garantía de una procedencia acorde a las condiciones laborales adecuadas. “El proyecto ha superado la prueba de concepto. Lo estamos desarrollando con fondos propios (ayuda NEOTEC del CDTI), lo arrancamos hace ocho meses. El siguiente paso es hablar con organizaciones suizas e inglesas implantadas en Latinoamérica y África para que lo desplieguen. Son fundaciones q dependen de mayoristas de oro”, aclara Calero.
Sumar en Alastria
The Neon Project empieza a abordar otros proyectos blockchain, no siempre es fácil. “Nuestros clientes la asocian a bitcoin o a otras criptomonedas, y eso no les gusta. Debemos derribar mitos, y explicar que blockchain tienen muchas aplicaciones”, recuerda Calero.
La empresa tiene nodo en Alastria, “participan en el Core Team, y se han comprometido a impulsar mucho más la Red H que es la de Hyperledger Fabric. Son ejemplo de participación activa, que han entendido el modelo de «learning by doing» y la metodologia de sumar y crecer juntos”, asegura Montse Guardia Güell, directora general de Alastria.