Presenta a organismos internacionales la gobernanza de blockchain pública permisionada
LACChain reglamenta blockchain para que pueda ser utilizada por cualquier tipo de usario. Ha propuesto a organismos internacionales una normativa de gobernanza para hacer una red blockchain de uso universal. LACChain (alianza global para impulsar blockchain en LATAM) ha elegido el modelo de blockchain pública permisionada porque cumple la legalidad de los países donde se utiliza. Ahora ha desarrollado “una gobernanza para reglar la respuesta contra posibles fallos de la red blockchain, y permitir su evolución armónica”, informa Albi Rodríguez Jaramillo, senior advisor del BID LAB (el laboratorio del Banco Interamericano de Desarrollo). La gobernanza propuesta por LACChain soporta una blockchain activa 24×7 para cualquier tipo de uso, y que evolucione con futuras demandas. Uno de los frenos de las empresas tradicionales para utilizar esta tecnología es saber quien responde si se cae la red, o se hackea.
La propuesta de LACChain recoge que una Entidad Neutra Orquestadora creará las reglas del juego para garantizar la sostenibilidad de la blockchain pública permisionada. La idea ha partido de Moisés Menéndez, senior advisor de BID LAB. “La entidad deberá orquestar el cumplimiento del ciclo completo de la blockchain. Lo importante es que el usuario de la red conozca los mecanismos del ecosistema para anticipar posibles conflictos de interés, y que respondan ante eventualidades o fallos. Es la denominada gobernanza, y debe hacerse antes de desarrollar la red blockchain”, puntualiza Albi Rodríguez, que aconseja a los componentes y los usuarios de una blockchain “tener unos valores y una visión del objetivo final alineados. Esta coordinación aumentará la sostenibilidad de la blockchain”.
Las administraciones europeas caminan en el mismo sentido. “He realizado varios informes sobre los requisitos de la gobernanza para que una blockchain sea válida, para la Comisión Europea y la administración central española”, cuenta Almudena de la Mata, directora fundadora de Blockchain Intelligence, que tiene un Lab de gobernanza desde 2018.
Sostenibilidad
La gobernanza es imprescindible en cualquier tipo de blockchain. Una red blockchain puede ser pública, pública permisionada o privada (de una empresa con sus suministradores o de un grupo de empresas). En cualquiera de estos tipos, puede dominar el acento de la descentralización, la escalabilidad o el valor jurídico. “Es importante tener los objetivos de la construcción de la blockchain claros. Después toca definir las relaciones, y alinear los incentivos (económicos, sociales o reputacionales). Estos principios deben estar recogidos en la gobernanza que rija la blockchain”, explica Albi Rodríguez.
Los criterios de sostenibilidad deben primar sobre los criterios de rentabilidad. Una blockchain pública para construir servicios no puede ser cara, ni tener precios volátiles porque su criptomoneda se tome como una inversión especulativa. Una blockchain puede prestar servicio a ONGs, a la banca tradicional o a empresas cotizadas si cumple la normativa acorde a ellas. “La gobernanza es tan importante en las blockchain públicas como en las privadas”, remacha Albi Rodríguez.
Inmutabilidad
La naturaleza de la tecnología blockchain elimina al proveedor responsable de la red. “La gobernanza define la estructura de funcionamiento de la red. La responsabilidad de las partes que la hacen posible, y las relaciones entre ellos. Regula las relaciones de quienes la usan, y los niveles de servicio y de responsabilidad. Debe tener un régimen de incentivos para los nodos, y penalizaciones por incumplimiento del mantenimiento del servicio. Es absolutamente imprescindible el análisis de la gobernanza antes de utilizar una red para no asumir riesgos. Hay grandes riesgos vinculados al uso de una blockchain como la caída del servicio, o que pierda la inmutabilidad”, remacha Almudena de la Mata, directora fundadora de Blockchain Intelligence.
La inmutabilidad asegura la imposibilidad de cambiar la información guardada en una blockchain porque los dueños de los nodos no puedan ponerse de acuerdo para hacerlo. Es la base de la filosofía de blockchain, y desaparece si una empresa tiene la mayoría de los nodos. O si los dueños de la mayoría de los nodos pueden acordar cambios encubiertos. “Blockchain solo cumple la función de inmutabilidad si la gobernanza es sólida. La gobernanza debe diseñar la inmutabilidad de una blockchain privada consorcial. O la de una blockchain de una empresa con sus proveedores, por ejemplo”, explica Almudena de la Mata.
Estas reglas preestablecidas suponen un entramado contractual que puede ser explícito (contrato firmado al adherirse a la blockchain) o estar escritas en las condiciones generales a las que te adhieres. “Se debe ver tipo de actividad, responsabilidades y beneficios de la blockchain, entre otras cosas”, puntualiza Almudena de la Mata.
Las públicas
Sin gobernanza no hay blockchain. Es un tema de vital importancia. Bitcoin y las primeras criptomonedas nacieron con unas reglas mínimas. La gobernanza se ha ido escribiendo en el repositorio de las blockchain públicas donde se desarrolla el código abierto de forma colaborativa, y se desarrolla de forma participativa. Desacuerdos entre los mineros (ordenadores que mantienen el funcionamiento de la blockchain) de bitcoin han provocado particiones de esta red. La formación de un pull de granjas de mineros (instalaciones con miles de ordenadores para minar) para tomar decisiones ha recibido acusaciones de centralización.
La comunidad de Ethereum y su mismo creador, Vitalik Buterim, discuten en sitios públicos como Medium o Twitter, los cambios de la gobernanza de la blockchain. Los últimos cambios persiguen hacer una red más escalable y barata, dado que algunos usuarios han abandonado Ethereum por el encarecimiento de su criptomoneda.