Busca socio tecnológico para certificar con blockchain los contratos de consumo de renovables
La exigencia de los consumidores por la energía producida por el sol o el viento ofrece una nueva oportunidad de uso de la tecnología blockchain. Instalar una planta productora de energía eólica o solar para suministrar a un gran consumidor, atado con un contrato de compra de energía hasta de 30 años, es la fórmula utilizada con Google, Microsoft, Telefónica o Unilever en varios países. Para el consumidor pequeño hay distintas alternativas.
El sistema español eléctrico es incapaz de discernir si la electricidad que llega al enchufe de un hogar ha sido producida por el sol o por una central nuclear. La CNMC (Comisión Nacional del Mercado de la Competencia) ha buscado la forma de garantizar que Iberdrola, Acciona o Endesa (los grandes productores en España) venda la electricidad verde producida. Expide un certificado de Garantías de Origen para las energías renovables, por el que limita la cuantía de la venta de energía verde de las empresas a la generación de sus plantas de producción renovable.
El problema, es que la CNMC tarda unos seis meses desde que recibe la información de la producción de los parques eólicos o solares de cada productor, hasta que emite el certificado. El proceso es manual, burocrático, lento y farragoso. Cada garantía tiene un código de identificación único, que da información sobre la tecnología y mes en que ha sido producida la electricidad asociada. El tenedor de estas garantías puede solicitar a la CNMC que se transfieran a una determinada comercializadora.
“Con la tecnología blockchain se podrá garantizar directamente, y casi en el acto, el origen de la energía. Estamos buscando un socio tecnológico en varios países para desarrollar un sistema de emisión, comercialización y redención de energía verde en el sistema español. Lo presentaremos a la CNMC porque la filosofía de blockchain es compartir, y queremos involucrar a todos los actores del sistema”, asegura el portavoz de la Dirección de Gestión de la Energía de Iberdrola.
La aceptación de la CNMC aceleraría los posibles cambios regulatorios necesarios para poner en marcha el certificado de energía verde con blockchain. El nuevo sistema abriría, además, un abanico de oportunidades de comercialización, a gusto del consumidor. La regulación del blockchain ayudaría al cambio.
Iberdrola participa en otros proyectos de blockchain, como la red Alastria, el proyecto Enerchain (plataforma europea para la compra y venta mayorista de energía) o el consorcio Eurelectric. También prueba la tecnología en la mejora de procesos ya en marcha o nuevo como los Puntos de Recarga del vehículo eléctrico.