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El renacer del coworking tras COVID-19

El renacer del coworking tras COVID-19

La posición de los caseros, fórmulas online y la entrada de PYMES marcan el cambio

Los pequeños espacios de coworking y flex office se reinventan con diversas fórmulas, y piensan en la reapertura con la ampliación de la distancia entre usuarios a dos metros. Una novedad. Las PYMES con oficinas alquiladas se plantean cambiar a estos espacios. Los coworking utilizan espacios céntricos alquilados, y la mayoría ha conseguido la rebaja del alquiler durante el estado de alarma. No todos. El reconocido espacio de encuentros de blockchain Go Madrid (sede laboral de Alastria) podría cerrar por la inflexibilidad de su casero Grupo Allianz (multinacional alemana con presencia en 70 países) a rebajar el alquiler. El espacio Fangaloka está en similar situación, su casero es el ayuntamiento de Móstoles.

La situación es complicada. Los usuarios de los espacios de coworking carecen de fortaleza económica para pagar una oficina que no usan durante varios meses. La caja determinará la supervivencia de los espacios de coworking. Es una de las conclusiones de la reunión online mantenida entre Manuel Zea, de Working Space; Arancha Riestra, de Go Madrid; Javier del Moral, de Fangaloka; Ben Kolp, de The Living Room, y África Rodriguez, de Espacio Arroelo.

Los caseros

La piedra angular del mantenimiento de los coworking es el alquiler. “Es nuestro mayor gasto, y no puedo afrontarlo. Tengo un 75% menos de ingresos, no puedo hacer eventos, muchos de mis usuarios están al límite y no pueden pagarnos. Allianz no admite rebajarnos el alquiler, se lo hemos pedido varias veces. Hasta nos ha pasado la recogida de basura, que ahora no generamos”, explica Arancha Riestra, de Go Madrid. Fangaloka vive una situación similar, con el agravante de estar en un espacio de una empresa público privada del Ayuntamiento de Móstoles. “Tenemos el espacio abierto, hemos bajado los precios a la mitad, la mayoría nos pagó sin rebaja. Dudo de que puedan hacerlo al mes que viene”, indica Javier del Moral, de Fangaloka.  

El directorio Coworking Spain recoge 2.200 espacios de espacios de coworking y oficinas compartidas en 189 ciudades y pueblos españoles. Entre todos ofrecen 33.000 puestos de trabajo. Sus gestores saben que COVID-19 se llevará por delante a una parte de sus clientes, las startup y PYMES económicamente más débiles. ¿Se quedarán los espacios vacíos?

Go Madrid ha recibido llamadas de pequeñas empresas que barajan cambiar sus oficinas por los flexibles espacios de coworking. “Han visto que gran parte de sus empleados puede teletrabajar. Se duda sobre la desescalada del confinamiento, y quieren oficinas flexibles. Creo que hasta un 40% de los empleados de muchas PYMES terminará teletrabajando cuando superemos el proceso”, afirma Arancha Riestra.

Encuentros online

La diversidad domina la situación. No todos los espacios han cerrado, la mayoría ha dejado la llave a sus usuarios fijos, y ha dotado los espacios con geles desinfectantes. A unos les pagan todos los inquilinos, a otros ninguno. La mayoría ha creado espacios compartidos en la web, tipo cafeterías virtuales.

Espacio Arroelo ha lanzado Na casa coworking para “saber lo que necesita nuestra comunidad. Ofrecer nuestro espacio para hacer encuentros online o apoyo a sus proyectos. Cada día hay un protagonista que plantea un reto, una pregunta, un juego en los desayunos online de las11 de la mañana. De ellos han surgido cooperaciones”, explica África Rodríguez. “Debemos cuidar a nuestra comunidad. He abierto un espacio en la web para saludarnos a cualquier hora, hacemos encuentros online”, desgrana Javier del Moral.

Vuelta con guarderías

Tras el desconfinamiento vendrá el teletrabajo casero para cuidar a los niños sin colegio. Los coworking quieren habilitar salas de reuniones como guarderías para acoger a los hijos de los usuarios antes del verano, o para aumentar la distancia entre los puestos de trabajo. Se trata de aguantar hasta septiembre, un horizonte con visos de normalidad. Por el camino se barajan máquinas de ozono para limpiar el ambiente. Imponer el uso de las mascarillas y los guantes como alternativa al distanciamiento de dos metros para quienes carecen de espacio.

“Los usuarios nos preguntan si pueden volver a la oficina, con distancia y mascarilla. Nos planteamos la vuelta a medio gas. No podemos pedir más contribuciones voluntarias, y debemos cubrir los gastos para aguantar”, explica Ben Kolp, de The Linvin Room. Son dos espacios malagueños con mesas para trabajar y salas de eventos.

“Esto no acabará con la emprendeduría”, afirma Manuel Zea, de Working Space. Es de los afortunados propietarios del espacio. Zea es de los pioneros, el impulsor del directorio Coworkingspain.es, y de los encuentros coworkingspainconference.es con ayuda de Nexudus.

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