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La blockchain para premiar a los desarrolladores de software

tribalyte, blockchain de los desarrolladores de software

Está en Alastria para ayudar a los equipos a revisar el trabajo y medir la reputación de cada miembro.

Tribalyte ha puesto en la red de Alastria una solución blockchain revolucionaria, para tupir el trabajo de los equipos de desarrollo de software, mejorar sus resultados, y medir la reputación de cada desarrollador. Es el primer resultado con la tecnología de bloques realizado por una empresa que reinvierte todos sus beneficios en investigación, es un 10% de la facturación, una tasa muy superior a la media del mercado.

La empresa es un bebé de tres años que nunca ha dado pérdidas, sus ingresos crecen al 30% anual (en 2018 sobrepasó ampliamente la barrera del medio millón de euros, la siguiente es el millón) y tiene 18 empleados, cuatro de ellos son desarrolladores de blockchain. No solo eso, Tribalyte es virgen en préstamos o rondas de inversión, y sus dos fundadores se miran extrañados ante la pregunta de atraer dinero externo para crecer. “No nos lo hemos planteado, estamos bien así”, asegura Nicolás Escudero, uno de los dos cofundadores de Tribalyte.

El otro cofundador es Rafael Barriuso, y ambos hacen una pareja de emprendedores al estilo español, sin haberlo aprendido en el colegio, y sin saber que lo son. Lo suyo no es hacer un excell para levantar rondas de financiación con ideas extraordinarias. Lo suyo es crear riqueza mientras nadan y guardan la ropa, un sentido común rebautizado como sostenibilidad por el moderno dogma empresarial.

Rafael Barriuso es ingeniero superior de telecomunicaciones, el “cerebrito” de los desarrollos de software de Tribalyte. Algo que hacía con doce años, “escribía código fuente para atajar el ganar vidas con los videojuegos, luego fue a mayores”. El entretenimiento de Nicolás Escudero era la investigación, de los que hacían experimentos y destripaban todo para conocer los misterios de la naturaleza. Es físico, y el dicharachero “vendedor” del equipo.

Las conversaciones sobre la informática y el CES (Consumer Electronics Show) de Las Vegas en el colegio, llegaron a la treintena con el sempiterno “tenemos que hacer cosas, tener algo propio”. Con casi 30 años decidieron unir sus caminos profesionales, tras experiencias en empresas de todo tipo y en varios países, y el abandono de brillantes multinacionales “por aburrimiento”. Poco a poco y con paso firme, como hacen todo. Primero de autónomos a ratos libres, mientras mantenían sus empleos en empresas de terceros. Luego independientes. Al final la empresa y la contratación de empleados.

“¿Alma de emprendedores, de empresarios? Es que nos gusta hacer cosas por nuestra cuenta, quedarnos con las mínimas ataduras para afrontarlas, solo los deseos de los clientes”. Un espíritu independiente que es la emprendeduría nacional, hasta que el modelo de los garajes-cuna donde nacieron los gigantes tecnológicos crucen el charco.

El “va tocando hacer algo propio”, y varias tormentas de ideas se tradujeron en dos líneas laborales que hoy son las divisiones de la empresa. Tribalyte Ideas da un servicio 360 grados de consultoría de patentes, ha sido la especialidad desarrollada por Nicolás Escudero durante años. “Me gusta estar en contacto con las ideas y la investigación punta. Ayudar a las empresas a proteger sus invenciones, su tecnología o su software en España y en el exterior. La parte tecnología está clara pero la legal no. Hemos pasado de las patentes del siglo XX a las de la industria 4.0, el software y los sensores. Es un trabajo muy bonito, y lo recomiendo porque mercado”, asegura Nicolás Escudero.

La otra división es Tribalyte Technologies, capitaneada por Rafael Barriuso para desarrollar software para terceros. Empezaron por hacer desarrollo web y apps para terceros. “Tenemos trabajo y buenos clientes, pero es un mercado maduro. Conocimos la tecnología blockchain en 2017 por blogs especializados y el boca a oreja, me gustó la idea de la descentralización, la criptografía y la seguridad. Vimos el potencial, decidimos desarrollar servicios de blockchain para terceros, y entramos en Alastria”, explica Rafael Barriuso.

Telefónica, BBVA, Deoleo, EMT, Redhat, Swisscom o el Festival de cine de San Sebastián son algunos de sus clientes, su sostén. De su investigación propia han desarrollado Toolip, una plataforma de valoración de patentes muy avanzada que ya supone el 5% de los ingresos de la empresa, y BrightByte, la blockchain para generar la reputación de los desarrolladores de software.

BrightByte está abierta en la red de Alastria para el uso de cualquier asociado, o para contribuir a su mejora. “Es una plataforma para gestionar equipos, la hemos adaptado al sector de software. Los diferentes usuarios del equipo se puedan valorar. Es habitual el tener personas encargadas de revisar el código desarrollado por los demás para ver si está limpio o si es mejorable. Hacerlo en blockchain hace que sea auditable y no tenga marcha atrás”, cuenta Rafael Barriuso.

Cada miembro del equipo puede elegir el compañero que realizará la revisión. Además, valorará y puntuará el trabajo. “Lo probamos en nuestros equipos y les gustó la experiencia. La solución es escalable y puede servir para revisar a proveedores en una licitación pública, valorar los seguidores de las redes sociales. Es un sistema de reputación para cualquier sector. Se pueden añadir trofeos, logros o regalos. Los resultados pueden sumarse al currículo de cada uno”, puntualiza Nicolás Escudero.  

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